Material de lectura




                                                        En los surcos de Paulo Freire

                                                       Homenaje en su X Aniversario


EDUCACION POPULAR EN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN AMERICA LATINA:
                                                         VISION DE PAULO FREIRE

Managua- Nicaragua
                                                                      Octubre 2007


Educación popular. Movimientos sociales. Proyecto histórico. Participación crítica. Democracia. Sociedad civil. Clases sociales. Concientización. Relaciones dialógicas El diferente y el antagónico. Opción por los pobres. Globalización. Educación para la  Transformación Social.

RESUMEN
La educación liberadora en Paulo Freire es también una creación y construcción históricamente situada que debe ser innovada de acuerdo a la realidad de nuestros países. Ella se realiza desde múltiples espacios sin perder de vista sus parámetros pedagógicos y/o característicos en vista a su concepción sustantiva de liberación y desde la opción política de una visión y misión de las relaciones opresor-oprimido con objetivos globales hacia un nuevo modelo alternativo de sociedad. Así como hay diferentes lecturas de la realidad también es factible encontrar diversas lecturas sobre Paulo Freire. Lo importante es consensuar sus perspectivas radicales y esenciales desde la opción histórica de los pobres y excluidos, y de la diversidad inter y multicultural.
Las palabras de Paulo Freire de que la educación es sustantivamente política y que  nadie se libera solo sino en relación nos plantea un enfoque de persona social  comprometida frente o contraria al individualismo de la ideología neoliberal capitalista, como que la finalidad es la emancipación frente a toda sistema de opresión. Paulo Freire al definirse como esencialmente político y adjetivalmente pedagogo nos enfatiza la necesaria lectura del mundo en sus desarrollo histórico como relaciones de poder de dominación desde las estructuras económicas, políticas, culturales La educación si es verdad que no resuelve los problemas estructurales de la sociedad si nos arma del los criterios de acción-reflexión-acción para concebir a la educación como un  movimiento intrínsecamente liberador a través del compromiso de la persona para transformar la realidad en sus relaciones de exclusión o  dominación.
INTRODUCCION

La educación popular en la opción freireana se inscribe dentro de la perspectiva de la participación crítica a través de una concepción de educación liberadora para crear el hombre nuevo que transforme nuestra sociedad latinoamericana y su modelo de desarrollo. La participación no es para administrar el sistema humanizándolo sino construyendo nuevas relaciones sociales bajo parámetros y concepción de otro tipo de sociedad creyendo en la utopía de que Otro mundo sí es posible.

La educación popular liberadora actúa desde  el Pueblo comprometido influyendo en que el Estado y la sociedad  se liberen de todas las ataduras que lo esclavizan y lo dominan en esta etapa de globalización.

No es suficiente cambiar su infraestructura material y económica sino entrar en un proceso alternativo de creación de instituciones que permitan a la persona ser libre, autónoma, y  con un estado de poder satisfacer sus necesidades humanas.

Su participación es para perseguir un  cambio cultural teniendo en consideración las relaciones de poder existente, y el poder por conquistar, tarea de osadía y de creatividad de los agentes sociales y políticos involucrados.
El cambio cultural se inserta a través de todas las relaciones existentes en las que se les debe reemplazar por nuevos paradigmas y nuevos contenidos. Por eso concebimos a la educación dentro de los movimientos sociales, y no exclusivamente encuadrada en las instituciones del sistema formal ya existentes.

Buscamos una sociedad sin privilegios, una sociedad inclusiva, una sociedad con nuevos valores que reemplacen a los parámetros individualistas del sistema neo-liberal. El desafío no es fácil porque están los parámetros dominantes heredados y enraizados desde  siglos anteriores en nuestra sociedad.

¿Otro mundo es posible?
El diagnóstico ya lo conocemos, En esta oportunidad avanzamos bebiendo y recorriendo las sendas y travesías del pensamiento fecundo y en el legado teórico de Paulo Freire. Rendimos homenaje al pedagogo de la libertad y de la esperanza, de la indignación y de la ternura, al ciudadano del mundo nacido en Brasil cuyo testimonio y reflexiones nos permiten encaminar nuestras tareas, y enriquecerlas con millares de otros testimonios y experiencias que nos permiten una evaluación del trabajo realizado y de la proyección hacia la transformación social, la justicia y la paz en América Latina y el mundo, de manera lúcida, reflexiva, y organizada de nuestros compromisos.
Paulo Freire nos ha dado ciertamente un impulso en toda América Latina y ya desde hace muchos años al presente las experiencias de educación popular han concurrido a los cambios que se han ido produciendo. El camino es ciertamente largo. Los cambios no se dan mecánicamente, y son un proceso que debe complementarse y profundizarse permanente y progresivamente.
De nuestra participación, de nuestra práctica política educativa socializada que tiene una naturaleza y direccionalidad política sacaremos de ella misma las enseñanzas necesarias para fortalecer nuestro trabajo en eficiencia y calidad.
Debemos evaluar nuestras debilidades y hacer una evaluación de la que aún seguramente no hemos sacado todas lecciones. En algunos o muchos casos nos hemos aburguesado, nos hemos instalado y  acomodado. Algunos se han cansado en seguir luchando. Otros recién empiezan. No doy nombres ni recuerdos personales. Hay muchos en todos los lados. No hemos logrado aún la necesaria radicalidad, coherencia y consecuencia con la utopía y los sueños de crear las condiciones y los nuevos modelos de convivencia. El sistema neoliberal dominante ha sido más fuerte, y da la impresión que nuestros ideales no se han podido encarnar. Hasta en algunos casos también, debemos recocerlo, nos hemos equivocado, y quizás también nos hemos frustrado, y hasta fracasado en nuestros intentos. No hemos logrado construir las alternativas del cambio. Hemos sido también absorbidos.
¿La educación popular liberadora ha tenido la claridad suficiente para ser motor de nuestra participación? ¿De qué educación popular estamos hablando?  ¿Cuáles han sido sus retos, sus desafíos?
La Educación Popular Liberadora por supuesto que está vigente y urgente su afirmación, expansión y consolidación..... Es una tarea muy rica, amplia, compleja o difícil, y en crecimiento, y que no podemos reducirlas a un modelo único o exclusivo, pero que no resta la necesidad de hacer un análisis y un acercamiento a criterios o paradigmas de mayor autenticidad que debemos elaborar, consensuar y tener presentes.
Sin mística, sin espiritualidad, sin disciplina interior, sin proyecto, no hay cambio verdadero.


I Parte: El sistema educativo y los movimientos sociales: el cambio cultural necesario

El sistema educativo que ha formado generaciones no ha producido suficientes frutos. En la mayoría de los casos lo ha frenado. Ha sido domesticador y nos ha llevado a entrar al mercado del consumo y de la competencia, y del sálvese quién pueda. No nos ha dado la motivación ni la razón para transformar la realidad alienante. Nos ha rendido a servir al mercado.

Prácticamente ha estado fuera del movimiento y de la acción cultural liberadora. Todo ha sido y está normado, todo se “curriculiza”, “estandariza” y  se cosifica o estratifica para medirlo y certificarlo con notas de aprobación o de desaprobación, y dar  diplomas, y certificaciones al final de cada bimestre, año o ciclos. Con esos límites se habla de educación liberadora.  Paulo Freire nos decía que hemos llegado a ser alfabetos sofisticados y analfabetos políticos.

Sus objetivos, a pesar de que se habla en las leyes de Educación que el centro es la persona humana, ha sido una persona aprisionada, enclaustrada, sentada en un pupitre y dentro de cuatros paredes, dependiente de un profesor, y de las lecciones y tareas a cumplir durante más de doce años ¿Cuál es el resultado? Los que se buscaron: darles a los estudiantes “sumisos o sometidos a un régimen escolar” competencias para insertarse al mercado de trabajo capitalista. ¿Cuáles son las profesiones que dan más dinero? ¿Cuáles son las más productivas? Tenemos las respuestas. El sistema ha sido deshumanizador que no ha permitido ser alegres y con sueños para una vida mejor, contemplando que las injusticias se reproducen y los ricos se hacen más poderos.

Ahora, en nuestros tiempos ya tenemos la escuela capitalista globalizada, uniformada por mandatos y financiamientos externos. La escuela capitalista está más fortalecida que antes. Hay una nueva escuela que sostenga el sistema neo-liberal que debemos develar sus artimañas y currículo oculto  de la ideología dominante.

La educación, para los que no se atreven a decirlo, es para formar a la gente para ese modelo de desarrollo neo-liberal, que no propicia una ciudadanía inclusiva, auténticamente participante, e integral. Si, una escuela para pobres, con abandono casi general de la escuela pública, frente a la privatización mercantilista de ella.

Educación para reproducir las relaciones de dependencia y reproducción del poder que sirve para ordenar, masificar. Ese es el modelo educativo. La educación popular liberadora no está concebida para crear un nuevo poder de servicio, de progreso con igualdad, con equidad, y liberadora sino para fortalecer el modelo de desarrollo capitalista.

La educación no está planteada para un cambio de paradigmas hacia una sociedad sin privilegios. Es para perpetuar la discriminación y la desigualdad. Es para una sociedad de  dominación heredada y para continuar ese orden existente. ¿No se ha constituido o enraizado un abismo entre los colegios de alto nivel y las escuelas públicas? Es, ¿culpa de los maestros? … ¿No hemos producido en los últimos años un "mercadeo educativo" de categoría de escuelas con matrículas o precios diferenciados en nombre de la libertad de enseñanza o de empresa?  ¿las escuelas públicas para los pobres, y las privadas para el negocio? …

Reconozcamos que hay o puede haber fisuras. Se habla de participación y de educación reflexiva, y de currículos contextualizados.  El movimiento docente, la responsabilidad docente –a pesar del maltrado que siempre se le ha dado-  puede ayudar a abrirla hasta ciertos límites. Experiencias de una educación para la ciudadanía, el aumento progresivo de presupuestos, pueden facilitar en algo las tareas transformadoras. Diagnostiquemos sus limitaciones y sus posibilidades para el cambio.

El Estado va despertando con distintas definiciones políticas e intensidades debiendo llegar a jugar un rol imprescindible e irreemplazable a las que le debemos dar toda la importancia no debiendo abdicar su responsabilidad nacional por una educación pública de calidad con intereses nacionales, especialmente de las zonas rurales más pobres.

Los organismos y las agencias internacionales ya tienen el día de hoy un discurso preocupante para apoyar una educación de calidad y de equidad, que se va plasmando en concertados y documentos importantes en cumbres de Ministros Iberoamericanos, pero dentro del modelo neo-liberal dominante a excepción de algunos de nuestros países que van modificando sus propuestas a nuevos cambios estructurales de modelo de desarrollo dominante, y otros con progresos significativos aunque insuficientes.

En esta época en la que la tendencia a la generalización de la educación se hace una meta de los Objetivos del Milenio, la escuela y la universidad podrán responder sin tener profundos cambios estructurales. Esa es la cuestión en cuanto al sistema educativo.

No es nuestro objeto principal presentar su naturaleza y mecanismos reproductores de desigualdades y las competencias para entrar al mercado, pero valga esta breve presentación necesaria para nuestro cometido. No ha promovido la formación de seres libres y autónomos para la transformación.


II Parte. Las bases teóricas de Paulo Freire: La concepción de educación popular
La educación popular a mi juicio, nos dice Paulo Freire,  “no se confunde ni se restringe solamente a los adultos. Yo diría que lo que marca, lo que define a la educación popular, no es la edad de los educandos sino la opción política, la práctica política entendida y asumida en la práctica educativa”.
”Por lo mismo, el Paulo Freire de hoy –y este hoy lo ubico desde fines de los años 60 y comienzos del 70- ve claramente la cuestión de las clases sociales. Por ello, para él, la educación popular, cualquiera que sea la sociedad en que se dé, refleja los niveles de la lucha de clases de esa sociedad. Es posible, incluso, que el educador no esté consciente de esto, pero los contenidos de la educación popular, la mayor o menor participación de los grupos populares en ella, todo esto tiene que ver con los niveles de los conflictos sociales. Entonces, el Paulo Freire de hoy, no puede concebir proyectos de educación popular que no sean comprendidos a la luz del conflicto de clase que se está dando, clara u ocultamente, en la sociedad. La educación popular se plantea, entonces, como un esfuerzo en el sentido de movilización y de la organización de las clases populares con vistas a la creación de un poder popular. Sin embargo, esto no significa que afirmemos que la educación es un instrumento para la transformación radical de la sociedad. (…) Yo creo que en toda sociedad hay espacios políticos y sociales para trabajar desde el punto de vista del interés de las clases populares, a través de proyectos, aunque sean mínimos, de educación popular”. (Texto del año 1985 de  Paulo Freire en la entrevista que le hace Rosa María Torres en Sao Paulo).
Y, nuestros hermanos chilenos del Movimiento Popular de Educación la explican comouna propuesta teórico-práctica, siempre en construcción desde cientos de prácticas presentes en muy diversos escenarios de nuestro territorio de aprendizajes. Su visón es integral, comprometida social y políticamente. En consecuencia, desarrolla una propuesta metodológica, pedagógica y didáctica basada en la participación, en el diálogo, en la complementación de distintos saberes. Y todo ello desde y para una opción política que ve el mundo desde la óptica de los marginados/as y excluidos/as y que trabaja en función de nuestra liberación. Como una síntesis que ilustra su concepción, Freire nos dice con respecto a la educación que “como proceso de conocimiento, formación política, manifestación ética, búsqueda de la belleza, capacitación científica y técnica, la educación es práctica indispensable y específica de los seres humanos en la historia, como movimiento, como lucha ” (1974)” en: Mover, Nuevo movimiento. Documento Nº 2. Chile.
Características o rasgos de la educación popular y de los movimientos sociales

1.  Participación reflexiva  en  todos los espacios y  niveles de la sociedad.

Paulo Freire nos habló de los Círculos de Cultura, de la escuela, del movimiento pedagógico, de los gremios o del sindicalismo de los maestros,  de los movimientos sociales en general, en tareas y  compromisos multidimensionales que no nos es posible detallar, pero que serán tratados en otras exposiciones o mesas de trabajo.

También nos habló de las organizaciones directamente de carácter político a partir de su experiencia brasilera, chilena, la del Tercer Mundo, especialmente la que compartió con Amilcar Cabral en Guinea Bissau. Refiriéndose a él señalo: “Su claridad política, la coherencia entre su opción y su práctica, están asimismo en la raíz de su rechazo del espontaneismo y de su repugnancia por la manipulación.(…) Ni las  masas populares atomizadas, entregadas a sí mismas, marchando al capricho de los acontecimientos, sin un partido revolucionario y una vanguardia que esclarezcan, que movilicen, que  organicen, que orienten, ni tampoco una vanguardia ‘propietaria’ de las masas populares.  Ni desborde licencioso ni autoritarismo burocrático” (Cartas a Guinea Bissau,  p.28)

2. La participación de los movimientos sociales con enfoque de clase en la educación popular liberadora. Los partidos.

Paulo Freire en varias oportunidades y contextos nos ha recordado que las clases sociales no han desaparecido, y que las vemos actuantes en todos nuestros países, y que luchan por sus plataformas, dentro de corrientes progresistas, radicales o revolucionarios con visión unas, global y estructural, y otras centradas más sobre si mismas, de carácter sectorial. El concepto de ciudadanía, de democracia como el de sociedad civil que ha entrado en nuestro lenguaje, debe ser seriamente estudiado y contextualizado para no ocultar la existencia de los antagonismos de clase en el funcionamiento cotidiano de nuestras sociedades capitalistas. ¿El lenguaje del dominador y del dominado es el mismo? … ¿Cómo plantear el diálogo?

“No existe ayuda real entre clases dominantes y clases dominadas, ni entre las llamadas sociedades “imperiales” y las llamadas sociedades “dependientes”  (de hecho dominadas), en la comprensión  de cuyas relaciones  no puede prescindirse del análisis de clase” (Cartas a Guinea Bissau, pág. 15)

Y, también nos decía que: “Las experiencias no se trasplantan sino se reinventan”. (“Paulo Freire, Cartas a Guinea Bissau”, p. 16- 17. Siglo XXI, Décima edición en español. 2000).

“Sin duda, esta es una de las tareas del partido revolucionario: la de empeñarse en la búsqueda de la organización consciente de las clases oprimidas para que, superando  el estado de “clase en sí”,  se asuman como “clase para sí” (…) es la de “dar” conciencia  a las clases dominadas, y “darles” conciencia  sería  llenar su conciencia con la conciencia de clase (…) las clases dominadas reflejan a veces una conciencia que no les es propia. De ahí su tendencia reformista.” (Cartas a Guinea Bissau, p.36) Atravesadas por la ideología  de las clases dominantes, sus aspiraciones,  en gran parte,  no corresponden a su ser auténtico: le son  impuestas  por aquellas a< través de los más variados medios de manipulación social. Todo esto desafía  al partido revolucionario a encarnar su indiscutible papel pedagógico” (Cartas a Guinea Bissau, p. 36-37) (…) Olvida  una adveretencia fundamental de Marx en su tercera Tesis sobre Feurbach: “El propio educador necesita ser educado” (Cartas a Guinea Bissau, p.38)

Nadie puede ni podemos optar en la participación reflexiva y crítica sin pensar y tomar en consideración un proyecto político alternativo que permita emerger una nueva óptica de las relaciones humanas, y de la necesidad de analizar el poder existente de dominación, y al mismo tiempo,  afectándonos personalmente y transformándonos por dentro. De ahí la necesidad de la coherencia que exige una educación liberadora en sus protagonistas colectivos y personales. Esta no puede darse fuera de una práctica social o colectiva liberadora igualmente coherente. Nadie se libera solo, nos liberamos siempre con otros. O, en el caso de una opción no liberadora, contra otros. Nos transformamos para eliminar todo tipo de dominación, y no recrear nuevas. La ciudadanía política incluye una transformación que no es mirar, observar desde el balcón. A partir de la opción con los pobres empieza para toda la vida nuestro proceso educativo con resistencias y oposiciones que deben ser objetivamente analizadas.

Cuando nos referimos a mentalidad de clase, incluimos además de los antagonismos de clase social, a nuevas contradicciones que también han sido históricamente construidas y que no se originan necesariamente por la estructura económica, sino por formas culturales como las relativas al género, la raza, y que  promueven o instalan en nuestra vida social y cotidiana otros mecanismos de exclusión o discriminación o de dominación.

Dentro de la comprensión de los fenómenos sociales actuales, no han desaparecido las clases sociales antagónicas o contrarias. La estructura económica no ha sido aún superada por la creación de nuevas relaciones entre los que tienen y los que no tienen. Paulo Freire nos recuerda al respecto que es fácil constatar esta situación existente en nuestras realidades.

3. Distinguir entre educación burocrática y educación popular liberadora.

 “Es indispensable que educadores-educandos y educandos-educadores se ejerciten constantemente en decir no a la “burocratización” que, aniquilando la creatividad, los convierte en repetidores de clichês. Cuanto más “burocratizados” estén, tanto más tenderán a quedarse enajenados “adheridos” a la cotidianidad, de la cual ya no “toman distancia” para comprender su razón de ser. (Cartas a Guinea Bissau, p. 20).

“La coherencia entre la opción política-revolucionaria  del educador y su práctica le es indispensable para evitar esa “burocratización”. Cuanto más  vigilante esté  en su vivencia de la coherencia, tanto más auténticamente militante se hará, y tanto más se negará también a asumir el papel de técnico o de especialista neutral, en tal o cual terreno.(idem. p.20) Si aceptamos, como antes he dicho, la invitación del gobierno de Guinea Bissau, fue como militantes y no como especialistas neutrales o como técnicos frios ..) (Cartas a Guinea Bissau, p.21) “Esta alternativa –traicionar a la revolución o suicidarse como clase- constituye la opción de la pequeña burguesia en el cuadro general  de la lucha de liberación nacional.

Esta alternativa sigue vigente hoy, en todos los campos de actividad relacionados  por la lucha de reconstrucción nacional, que es la prolongación de la otra (Cartas a Guinea Bissau, Cartas a Guinea Bissau, p.25-26)

Una educación en el contexto en el cual Paulo Freire  lo explica –en medio de una lucha de liberación en Guinea Bissau- es eminentemente  popular cuando “es tomada en las manos de la población, en la amplia medida   en la que esta se dio en apoyo a los guerrilleros, nació  una verdadera escuela  de trabajo vinculada con la producción y preocupada por la formación política” ... La educación instaurada, nos dice, expresaba un clima de solidaridad... y buscaba el re-encuentro con el auténtico pasado del pueblo y se lanzaba a su futuro” (Cartas a Guinea Bissau, p.27). Hay otras experiencias en otros contextos políticos pero lo que en este momento deseo resaltar es la importancia de la educación en y para el trabajo, y la formación política en la acción educativa formal y no formal, de manera que no este disociada, porque ya sabemos que la educación no es neutra.

4. Naturaleza política-educativa del proyecto

Cuando Paulo Freire  escribió su último libro, -“Pedagogía de la indignación”-,  afirmó: “Tenemos derecho y deber de cambiar el mundo… Lo que no es posible es pensar en transformar el mundo, sin un sueño, sin utopía y sin proyecto… Los sueños son proyectos por los que se lucha… y toda concreción de sueños supone lucha… En realidad, la transformación del mundo a la que aspira el sueño, es un acto político, y sería una ingenuidad no reconocer que los sueños tienen sus contrasueños”[1][1]

El movimiento social debe apuntar a reemplazar al neoliberalismo que organiza el quehacer social y también la educación, como formas de organización inhumanas. Pero ¿por qué luchar contra el neoliberalismo? Para Freire, la respuesta es clara: se trata de un modelo de sistema global que genera deshumanización. Nos dice: “De allí la crítica permanente que siempre llevo en mí a la maldad neoliberal, al cinismo de su ideología fatalista y a su rechazo inflexible al sueño y la utopía”[2][2]

5. La educación como acto político de educar, es un medio imprescindible para la emancipación y acción, y no es un fin.
En la educación popular hay una relación política de confianza y de discrepancia, en la que debemos respetar y no desmotivar aquello que por no estar de acuerdo, conquistando un espacio de confianza y de  diálogo, nos recuerda también Rudá Riccí educador de Brasil comentando a Paulo Freire.
Ya hemos hablado en la I Parte  sobre la educación por lo que en estos momentos asumimos lo explicado en cuanto ella no es un fin sino una mediación con nuevos paradigmas alternativos a la educación liberal o burguesa, sea en sus modalidades formales como en las comunitárias o sociales.
6. La coherencia entre teoría y práxis. Conciencia reflexiva-crítica y de esperanza

Para Freire, hay un criterio central en las organizaciones que se forman para la liberación humana: su coherencia con la condición humana.

Freire cree en las organizaciones y en el movimiento social, ya que asume que sin grupo y sin organización no es posible la liberación y, estaríamos condenados a aceptar una situación inhumana. La organización de hombres y mujeres resulta un imperativo para el desarrollo humano. Pero Freire analiza la ontogénesis de las organizaciones liberadoras y asume que ellas son válidas en la medida que guardan coherencia con la misma  condición humana. Este criterio resulta un supuesto para Freire y desde él, derivará varios rasgos.

Paulo Freire asume que no hay posibilidades de transformación, si las personas –de manera individual y organizada- no tienen una conciencia crítica de la realidad y si no tienen esperanza o sueño de vivir en una situación diferente, donde exista desarrollo humano. Todo movimiento social se nutre de la esperanza y del sueño: “La esperanza es una necesidad ontológica; la desesperanza es esperanza que perdiendo su dirección, se convierte en distorsión de la necesidad ontológica. Sin embargo, mi esperanza es necesaria pero no suficiente. Ella sola no gana la lucha, pero sin ella la lucha flaquea y titubea. Necesitamos la esperanza crítica como el pez necesita el agua incontaminada… Prescindir de la esperanza que se funda no sólo en la verdad sino en la calidad ética de la lucha, es negarle uno de sus soportes fundamentales”[3][3].

7. No basta tener un diagnóstico. Es necesario tener una utopía y construir un proyecto de cambio.

No basta tener diagnóstico de la realidad, importa tener una utopía o sueño de una situación diferente. Justamente la crítica nace al contrastar la situación real y la situación posible. Solamente así es posible problematizar las situaciones. Sin esta crítica problematizadora, simplemente deberíamos aceptar la situación deshumanizante existente. Por ello, toda organización supone desarrollar la conciencia crítica de sus miembros: “Quizás uno  de los saberes fundamentales más necesarios… sea el que se expresa en la certeza de que cambiar es difícil, pero es posible. Es lo que nos hace rechazar cualquier postura fatalista que concede a éste o aquel factor condicionante un poder determinante, ante el cual nada se puede hacer”

“Por estas mismas razones, niego la desproblematización del futuro a la que siempre hago referencia y que supone su carácter inexorable. La desproblematización del futuro –en una comprensión mecanicista de la historia de derechas y de izquierdas- lleva necesariamente a la muerte o a la negación autoritaria del sueño, de la utopía, de la esperanza”

“El pensamiento profético, que es también utópico, implica denuncia de cómo estamos viviendo y el anuncio de cómo podríamos vivir. Por eso mismo, es un pensamiento esperanzador”[4][4].
El pensamiento profético se materializa participando y comprometiéndose con autonomia en la intervención de los espacios públicos, en el medio urbano como en rural, con sus propias características, desde las escuelas hasta los gobiernos locales, regionales o nacionales en múltiples sectores o áreas de su desarrollo. Nuestro tiempo no nos permite ahondar sino solamente remarcar su importancia, sin poder hacer una evaluación de la misma.
8. El diálogo y el conflicto.
El movimiento popular está marcado esencialmente como una acción liberadora de personas sociales, pero siempre personas perfectamente identificables. Es una educación personalizadora en que debe primar el respeto, el saber escuchar, y abrirse al diálogo.  Por ello es un diálogo entre sujetos y no objetos. Es la base para que la educación no sea manipuladora, autoritaria, sectaria, y bancaria aplicado en el movimiento social que es por naturaleza un movimiento educativo. Insistimos en que debe excluirse toda manipulación o uso o abuso en la participación de la gente.
Freire reconoce la posibilidad de puntos de vista diversos; pero todos ellos deben converger en la unidad para defender y desarrollar la condición humana, pero –para ello- la condición sine qua non es el diálogo. La desunión es un principio de la opresión y supone el antidiálogo. La unión es principio de la liberación y supone el diálogo.

“En la teoría de acción antidialógica, la conquista es un rasgo central, pues implica un sujeto -que avasallando a otro sujeto- lo convierte en cuasi una ‘cosa’. En la teoría dialógica de la acción, los sujetos se encuentran como tales para transformar el mundo en mutua colaboración”.

“Mientras, en la teoría de acción antidialógica, la manipulación se impone como una condición indispensable al acto dominador (pues ella sirve para la conquista); en la teoría dialógica de acción, encontraremos –como su opuesto antagónico- la necesidad de la organización de las masas populares”[5][5].

Igualmente nos explica la relación del diferente con el antagónico: "La tolerancia es la posibilidad que inventamos en nosotros de convivir con el diferente. De entender al diferente para poder pelear con el antagónico. Porque si yo peleo con el puramente diferente de mí y dejo en paz al antagónico de nosotros, yo en primer lugar hago una pelea sin significación; en segundo lugar, me canso y pierdo la pelea con el antagónico, que es la pelea fundamental. Es una cosa maravillosa que se da no solamente en América Latina, en el mundo todo, cómo el antagónico, que es el poder principal, posibilita, o crea, inventa, la pelea adjetiva entre los diferentes. Es la célebre consigna de dividir para gobernar".
Y, Leonardo Boff nos ayuda en “Límites de la tolerancia” (La Columna Semanal de Leonardo Boff del 07-08-2005, http://servicioskoinonia.org/boff/) en lo que no debe y no puede haber tolerancia:
  Todo tiene límites, también la tolerancia, pues no todo vale en este mundo. Los profetas de ayer y de hoy sacrificaron sus vidas porque alzaron su voz y tuvieron el valor de decir: «no te está permitido hacer lo que haces». Hay situaciones en que la tolerancia significa complicidad con el crimen, omisión culposa, insensibilidad ética o comodismo.
No debemos tener tolerancia con aquellos que tienen el poder de erradicar la vida humana del Planeta y de destruir gran parte de la biosfera. Hay que someterlos a controles severos.
No debemos ser tolerantes con los que asesinan inocentes, abusan sexualmente de los niños, trafican con órganos humanos. Cabe aplicarles duramente las leyes.
No debemos ser tolerantes con quienes esclavizan a menores para producir más barato y lucrarse en el mercado mundial. Hay que aplicarles la legislación mundial.
No debemos ser tolerantes con los terroristas que en nombre de su religión o de su proyecto político cometen crímenes y matanzas. Hay que detenerlos y llevarlos a juicio ante los tribunales.
No debemos ser tolerantes con quienes falsifican medicamentos que producen la muerte de personas o instauran políticas corruptas que dilapidan los bienes públicos. Contra estos debemos ser especialmente duros pues dilapidan el bien común.
No debemos ser tolerantes con las mafias del tráfico de armas, de las drogas y de la prostitución que incluyen secuestros, tortura y eliminación física de personas. Hay castigos claros.
No debemos ser tolerantes con prácticas que, en nombre de la cultura, cortan las manos de los ladrones y someten a las mujeres a mutilaciones genitales. Contra tales prácticas prevalecen los derechos humanos.
En estos niveles no hay que ser tolerantes, sino decididamente firmes, rigurosos y severos. Esto es virtud de la justicia y no vicio de la intolerancia. De no hacerlo así, no tendremos principios y seremos cómplices del mal.
La tolerancia ilimitada acaba con la tolerancia, así como la libertad sin límites conduce a la tiranía del más fuerte. Tanto la libertad como la tolerancia necesitan, por lo tanto, la protección de la ley. Si no, presenciaremos la dictadura de una única visión de mundo que niega todas las otras. El resultado es rabia y deseo de venganza, fermento del terrorismo.
¿Dónde están entonces los límites de la tolerancia? En el sufrimiento, en los derechos humanos y en los derechos de la naturaleza. Donde se deshumaniza a las personas termina la tolerancia. Nadie tiene el derecho de imponer un sufrimiento injusto a otro.
Los derechos están expresados en la Carta de los Derechos Humanos de la ONU , firmada por todos los países. Todas las tradiciones deben atenerse a dichos preceptos. Las prácticas que impliquen la violación de sus enunciados no pueden justificarse. La Carta de la Tierra vela por los derechos de la naturaleza. Aquel que los viola pierde legitimidad.
Finalmente, ¿hay que ser tolerantes con los intolerantes? La historia ha comprobado que combatir la intolerancia con otra intolerancia conduce a la espiral de la intolerancia. La actitud pragmática busca establecer límites. Si la intolerancia implica crimen y perjuicio evidente a otros, prima el rigor de la ley y la intolerancia debe ser limitada. Fuera de esta restricción legal, vale la libertad. Se debe confrontar al intolerante con la realidad que todos comparten como espacio vital, llevarlo al diálogo incansable y hacerle pensar en las contradicciones de su posición. El mejor camino es la democracia sin fin que se propone incluir a todos y respetar un pacto social común.

 



9.      Radicalidad, sin sectarismo

Ser radicales es llegar, ir llegando socialmente al fondo, a las raíces de los problemas, y desvelar los ocultamientos de la ideología imperante en la explicación del origen de los fenómenos sociales. Ser radical no impide ser reflexivos y ser dialógicos. Reconocer que es un proceso en el cual con lectura, estudio y socialización de la práxis rigurosamente se llega a re-conocer su funcionamiento, y nuestra propia práxis. Esto significa que no es de ninguna manera espontaneista o mágica se descubre la práctica política correcta.

“El sectarismo es castrador, por el fanatismo en que se nutre. La radicalización –por el contrario- siempre es creadora por la criticidad que la alimenta. Mientras el sectarismo es místico y, por ello, alienante; la radicalización es crítica, por ello liberadora”.
El sectario pierde de vista la objetividad y se refugia en la subjetividad. El sectarismo parta de quien parta es un obstáculo a la liberación de los pueblos…

“En este marco, un radical jamás será una persona meramente subjetiva. Para un radical, el aspecto  subjetivo toma cuerpo en una unidad dialéctica con la dimensión objetiva de la propia idea, es decir, con los contenidos concretos de la realidad sobre la cual ejerce el acto de conocer. De esta manera, la objetividad y la subjetividad se encuentran en una unidad dialéctica… que genera un actuar y un pensar certeros en y sobre la realidad que debe ser transformada” [6][6].

10.  Ni espontaneísmo, ni manipulación ni autoritarismo

En los movimientos populares debe conjugarse la tensión entre un enfoque que siempre da la razón a las personas que constituyen la  “base” de una organización (el basismo). Todo movimiento social debería usar la dialéctica en la relación dirigentes-dirigidos, asumiendo que esta relación supone interacción de sujetos, cada uno de los cuales tiene conciencia y libertad para actuar. Hacer olvido de esta relación dialéctica nos hace caer en el “basismo” y/o en el autoritarismo, o en la manipulación. Al respecto, Freire dice:

 “Importa que aprendamos a lidiar en la tensión entre autoridad y libertad… Cuanto más auténticamente vivo esa tensión, tanto menos temo a la libertad y menos niego a la autoridad necesaria… El basismo es tan autoritario como el elitismo. El elitismo de las clases dominantes, como el elitismo de algunos líderes llamados progresistas, en el fondo, es tan reaccionario como aquéllas. Estar con las bases populares, trabajar con ellas, no significa erigirlas en propietarias de la verdad y de la virtud. Estar con ellas significa respetarlas, aprender con ellas para enseñarles también”.

“El sectarismo del que se nutre el basismo, tendría que llevarlo necesariamente a perder la visión más dinámica, contradictoria, procesual de la realidad. El exceso de certeza restringe la práctica basista y la hace indiscutiblemente autoritaria. El error del basismo no está en valorar las bases populares, sino en hacerlas únicas depositarias de la virtud. Su error no está también en criticar, negar, rechazar el intelectulismo academicista, el teoricismo arrogante, sino en rechazar la teoría misma, la necesidad del rigor, de la seriedad intelectual” [7][7].

Una de las experiencias más significativas fue la que tuvo en Guinea-Bissau, como lo estamos manifestando y a partir de la práctica identifica el perfil del educador popular, militante de un proceso de cambio como él mismo se identificaba. Insistimos como él en la necesaria coherencia de nuestra práctica, rechazando al mismo tiempo el espontaneísmo, como la manipulación autoritaria.

“Su claridad política, la coherencia  entre su opción y su práctica, están asimismo en la raíz de su rechazo al espontaneísmo y de su repugnancia  por la manipulación. Ni las masas populares atomizadas, entregadas a sí mismas, marchando al capricho de los acontecimientos, sin un partido revolucionario y una vanguardia que esclarezcan,  que movilicen,  que organicen,  que orienten, , ni tampoco una vanguardia  “propietaria” de las masas populares. Ni desborde  licencioso ni autoritarismo burocrático…. A semejanza del Che Guevara, a semejanza de Fidel, Amilcar  estuvo todo el tiempo en comunión con su pueblo. … Amilcar sabía que los cañones solos no hacen la guerra, y que ésta se resuelve cuando, en su proceso, la debilidad de los oprimidos se hace fuerza, unas fuerza capaz de transformar en debilidad la fuerza de los opresores” (Cartas a Guinea Bissau, p. 29)

11. Unidad del movimiento popular en coherencia transformadora.

Un mal de nuestros movimientos sociales es el trabajo por estancos, el trabajo paralelo, el trabajo fraccionado, los egoísmos grupales, cada uno en lo suyo, la falta de unidad que origina tanto la ineficiencia y la falta de calidad de la educación liberadora. ¿Cuál es la explicación de esta realidad? Una de ellas, es el financiamiento de los movimientos para poder ofertar sus propios puestos de trabajo, y posicionamiento de imagen. Caemos en la incoherencia a buscar financiamiento muchas veces que condiciona la libertad y la persecución com autenticidad de los objetivos.

A nivel macro, importa que el movimiento social y político “lea la realidad” global y señale alternativas globales y concordancia y unidad en la acción. Si en nuestros objetivos es crear, inventar propuestas alternativas al modelo neoliberal, nuestra acciones deben ser unitarias.

Cuando hablamos de movimientos, incluimos a todos los movimientos territoriales, sociales, culturales, gremiales, del campo y de la ciudad,  y no única o exclusivamente a políticos partidarios. Unos están en el sector productivo, otros en las áreas de servicios, y otros son de carácter cultural, con objetivos transversales o específicos o especializados.

Para Freire, uno de los rasgos más importantes del movimiento popular es su unidad en coherencia transformadora. Si bien acepta la existencia del conflicto y posibles diferencias entre las personas, debe imponerse la unidad como requisito para la humanización de las prácticas sociales y económicas.

Sin unidad en coherencia, los poderosos hacen lo que quieren con los pobres y se hace inviable la humanización. La organización de los pueblos resulta amenaza para los opresores y, por ello, buscan la desunión de los oprimidos.

Esther Pérez del colectivo de EDUCACION POPULAR "pañuelos rebeldes"  ARGENTINA  en un trabajo que envía con cariño, como lo dice ella misma
para MOVER Chile “..se trata de contribuir a que no resulten funcionales al sistema y a que no reproduzcan en su seno los mismos vicios y prácticas de mando de la dominación”.

“El dividir para mantener la opresión es otra dimensión fundamental de la teoría de la acción opresora, tan vieja como la misma opresión. ( … )Los opresores no se pueden dar el lujo de consentir la unificación de las masas populares, ya que ello ciertamente significaría una seria amenaza para su hegemonía”.

“Toda unión de los oprimidos entre sí, ya es una acción en sí misma; pero ella apunta hacia una práctica mayor. Implica que tarde o temprano –al tomar conciencia de su despersonalización- descubran que serán fácil presa del dirigismo y de la dominación. Por el contrario, unidos y organizados podrán transformar sus debilidades, en fuerza transformadora, capaz de recrear el mundo para hacerlo más humano”[8][8].

La diversificación de estrategias de resistencia, de luchas sociales y emergencia, con nuevos actores sociales a partir de los nuevos espacios conquistados con gobiernos de izquierda, y la reactivación misma de la izquierda social política a lo largo y ancho del continente con diversos grados de desarrollo, han planteado a la Educación Popular el desafío de reasumir recreándola su papel como pedagogía crítica y alternativa al interior de estos nuevos actores.
Los movimientos, instituciones y organizaciones sociales requieren formación de sus dirigentes y bases sociales, con una visión más global de la realidad hacia una de economía solidaria y de desarrollo alternativo que involucran lo educativo.
Entre los “nuevos” actores está la emergencia de los movimientos indígenas y campesinos, así como el trabajo con jóvenes, mujeres, con emigrantes y desplazados por la violencia exigiendo nuevas propuestas educativas acordes con sus especificidades.
12. La educación popular en la participación de la sociedad civil
Aparece un nuevo lenguaje como ciudadanía, sociedad civil, participación, movimientos en los que el multiculturalismo e interculturalidad se hacen sentir, aunque a veces utilizados con mucha ambigüedad o generalizaciones que debilitan la toma de conciencia, pero que al mismo tiempo facilita la incorporación en nuevas modalidades de participación en el espacio público y de los gobiernos locales. Me refiero al concepto de sociedad civil que cobija en ella tanto a opresores como a oprimidos, tanto a pueblo como a una burguesía de ciudad contratada por  agencias internacionales que buscan hacerse presente a través de la labor de ellos, pero que en muchos casos las instituciones carecen de la autonomía necesaria, convirtiéndose realmente en sostenedores del sistema neoliberal y no cuestionadores del mismo.¿Vale la pena correr ese riesgo?
¿Ha desaparecido, al utilizar el concepto de sociedad civil y de ciudadanía el concepto de clases sociales, de luchas de clases, de clases antagónicas, de imperialismo, de dominación de clase, y de revolución popular, de democracias autoritarias? ¿Cómo conceptualizamos o ubicamos a los pobres que en vez de desaparecer aumentan?
La sociedad civil ¿es el pueblo organizado? ¿es la sociedad organizada? ¿en qué magnitud?  ¿son entidades  autónomas, parcelas de la sociedad-pueblo? ¿Son las registradas necesariamente dentro de la legalidad? ¿buscan un reconocimiento legal para poder existir y recibir financiamiento? ¿en dónde está su fuerza y coherencia? En la sociedad civil como entre los ciudadanos y en la democracia hay clases sociales.
Han surgido igualmente experiencias de participación en la defensa de los derechos humanos, por una educación para la paz, de enorme gravitación por todos nosotros conocidas.
Diversas instituciones “colaborando” con el Estado y financiadas desde el exterior asumen roles y desafíos diversos y en multitud de campos. Ciertamente están participando pero, nos preguntamos, todas ellas entienden lo mismo cuando participan? ¿Es en la perspectiva de un nuevo proyecto histórica o para el mantenimiento del orden del sistema liberal con el cual conviven y se retroalimentan?
Está claramente definido y entendido que la educación no sólo está presente en los contextos de la educación formal  sino en la multiplicidad de espacios sociales en los que la participación de instituciones, gremios, sindicatos, frentes populares y partidos actúan. Esto convoca y refuerza la orientación transformadora con la inclusión de las problemáticas sociales en la formación de los profesores en sus planes de estudio; así mismo, las universidades se abren a través de su quehacer en tareas de investigación, planificación y apoyo al cambio social y a los movimientos emancipatorios de manera progresiva y que debemos estimular.
No es suficiente hablar de participación, democracia o democracia sin indagar sus contenidos y autenticidad.
La cuestión central es si esta participación construye una alternativa a la democracia formal del sistema neo-liberal o es para un proyecto socialista liberador participante y democráticamente multicultural como lo plantea Paulo Freire.
Ver Entrevista a Paulo Freire, por Claudia Korol. “Pedagogía de la esperanza”.
III Parte. Los retos o desafíos concretamente de la educación popular liberadora

¿Hay nuevos paradigmas sociopolíticos como educativos en nuestra América Latina? ¿Nuestra lectura tiene que ser diferente? ¿Hay situaciones que siendo las mismas se agudizan o se reproducen? ¿Ya no existen imperios, imperialismos desde la caída del muro? ¿La globalización es imperialista?  La educación ha servido siempre para conservar, perpetuar dominaciones y exclusiones, o para provocar y preparar los cambios históricos? ¿Hay nuevos movimientos sociales y una nueva educación liberadora a la altura de esta etapa de globalización capitalista?

Pienso que nadie puede negar que un determinado tipo de progreso y conocimiento ha evolucionado a dimensiones planetarias, que hablamos de calentamiento global, de mercados globalizadores, de nuevas fronteras y expansionismos económicos, que la inversión no tiene patria, y que el dominio no tiene límite. Es verdad. Por eso estamos llanos a afinar y reelaborar nuestras lecturas y nuestros análisis. Pero el paradigma de la coherencia y de la indignación y de la lucha contra las injusticias es permanente. Las formas o manifestaciones han cambiado en gran parte pero el egoísmo de los propietarios, la acumulación del poder absoluto de la riqueza continúa sin tener monarquías ni principados feudales. Ahora los tenemos bajo nueva vestimenta en la sociedad moderna.

Construyamos colectivamente las respuestas a los nuevos desafíos de la globalización dominadora planetaria dando espacio para que un nuevo movimiento social, representado en el espíritu del Foro Social Mundial, tome el relevo en nuestra América Latina, aprendiendo de la experiencia histórica.

3.1. Gestión democrática de la dirigencia popular. Pedro Ponctual, Presidente de la Comisión de Educación de Adultos de América Latina- CEAAL.
a)      “ella  es metodológicamente deliberativa, o sea, debe proporcionar la posibilidad efectiva del ejercicio de decidir acerca de los asuntos públicos;
b)     ella debe estimular practicas de co-gestión (mientras gobierno y comunidad local), desarrollando la actitud de co–responsabilidad entre los actores locales en la resolución de problemas y construcción de alternativas para el futuro de las municipalidades;
c)      ella es una pedagogía del publico, de la construcción en el sentido del común, a partir de la construcción de esferas publicas transparentes y democráticas en que se ejercita la deliberación a partir de los criterios objetivos, compartidos y impersonales;
d)     ella se realiza en el propio ejercicio de la ciudadanía activa, desarrollando la conciencia de que cuidar de nuestra municipalidad es un derecho (que incluí la co-responsabilidad) y que, cuado es ejercido, las cosas ocurren;
e)      ella busca formar ciudadanos autónomos y críticos, con capacidades comunicativas y argumentativas para participar de instituciones de la sociedad civil, para ejercer asociativamente el control sobre gobiernos y resolver pacíficamente y democráticamente los conflictos;
f)       ella instrumentaliza los actores de la sociedad civil y de los gobiernos para nuevas formas de ejercicio de poder (comprendido como servicio, responsabilidad compartida, acción políticamente descentralizada) en las cuales la transparencia de las acciones, la capacidad de oír, dialogar, reconocer legitimidad en el otro son actitudes indispensables. El poder ejercido en esta concepción debe ser visto como designación que requiere prestación de cuentas, revocabilidad de los mandatos y posibilidad de responsabilización por la ciudadanía en el cumplimiento de los compromisos asumidos;
g)     ella propicia la apropiación de conocimientos técnico–políticos que amplían la capacidad de los ciudadanos como agentes en la definición y gestión de las políticas públicas;
h)     ella amplía los conocimientos acerca del territorio y sus diversos elementos de identidad, facilitando la acción integrada de las políticas publicas y la participación y control de los ciudadanos acerca de las mismas;
i)        ella desarrolla la auto-estima, las capacidades de comunicación y relacionamiento interpersonal e genera, así, la motivación personal para la participación en acciones colectivas de creación y apropiación de espacios públicos;
j)        ella desarrolla los valores de solidariedad, justicia, unión, respecto al otro, tolerancia, humildad, esperanza, abertura al nuevo, disponibilidad a las mudanzas como elementos de una ética universal que debe estar en la base de las acciones de educación para la ciudadanía activa y democracia participativa”.


3.2. Desafíos actuales de la educación popular en los movimientos sociales. Demandas de la VI Asamblea General del CEAAL en Recife (Brasil) *

*Resumidas por Alfonso Torres Carrillo. Fecha: 16 de julio del 2007 en “Paulo Freire y la educación popular”.

1. Mayor articulación de la EP a los movimientos sociales, como contribución a la construcción democrática.
2. La EP debe retomar su papel en la generación de conocimiento y pensamiento crítico desde su especificidad pedagógica.
3. La EP debe reactivar los espacios y procesos de formación de educadores populares de base.
4. Reposicionar las perspectivas de género, de derechos humanos y ambientalistas dentro de las practicas y discursos de la EP.
5. Continuar con las líneas de acción en torno a las cuales la EP ha venido trabajando: democracia, ciudadanía y poder local, incidencia en políticas públicas, en particular en educación, educación, multiculturalismo e interculturalidad.

Conclusiones
1.      Debemos partir y dar respuesta siempre a la lectura crítica de la realidad para transformarla: ¿Nuevas tareas? La cuestión de la violencia, no sólo física, directa, sino también la subrepticia, simbólica, legal y política, violencia y hambre, violencia e intereses económicos de las grandes potencias, violencia y religión, violencia y política, violencia y racismo, violencia y sexismo, violencia y antagonismos de clases sociales. (Cartas a Cristina, Siglo XXI, Primera edición 1996, España. p. 205)
2.      Plantearnos bien los fines, objetivos, metododología, acciones, propuestas de la educación popular liberadora con elaboración del proyecto político transformador nacional y latinoamericano.
3.      Debemos exigirnos coherencia en nuestras concepciones y/o o enfoques desde las acciones posibles y reales, escapándose de la mentalidad y gestión formal y burocrática para crear reales espacios de acciones multiplicadoras de cambios de paradigmas formales a la modificación en la creación de mensajes, procedimientos, autonomía de las bases, respeto a la pluralidad convergente y no contradictoria de los cambios de valores y de sistemas de organización y desarrollo de la sociedad con los proyectos significativos que debemos socializar y compartir.
4.      Insistir en  los procesos de desvelamiento de la conciencia dentro de un mayor y mejor compromiso con la realidad en que se actúa, siendo claros y muy concientes de/en las acciones iniciales que son “parche”, transitorias, hacia procesos de concientización y acción política multidimensional desde los espacios locales promoviendo desde ya la sociedad alternativa en permanente construcción. No dejarse atrapar por el asistencialismo en sus diversas formas o presentaciones. La democracia se la construye haciéndola.
5.      Buscar siempre una educación popular personalizadora en acción radial, multiplicadora en múltiples frentes y tareas para la formación de liderazgos democráticos y acción transformadora, sin caer en el activismo o en el teoricismo o en la incoherencia.
6.      La acción política transparente  basada en una ética de la conducta personal y organizacional. Transparencia y vigilancia en todo nivel.
7.      Necesidad de la complementariedad y articulación de las experiencias y del trabajo en redes, etc... El trabajo asociado u organizacional en equipos es fundamental.
8.      La calidad,  eficiencia, gradualidad, oportunidad, autenticidad, compromiso responsable, ajustes didácticos y metodológicos para encontrar mayor eficacia e impacto en los diversos niveles sociales y políticos de intervención.
9.      Nuestra fuerza y dinamismo está en la visión y misión democrática alternativa a los modelos domesticadores y bancarios.
10.  Tener vigilancia sobre el financiamiento de la educación popular. ¿quiénes la financian? ¿proviene de agencias que son soporte o apoyo del modelo neo-liberal? Debemos analizar las Experiencias: ¿ha sido el financiamiento interno o externo condicionado? ¿limitante?
11.  La necesidad de la participación en la promoción de escuelas, universidades populares.
12.  La participación en el control social de las políticas públicas, presupuestos participativos en los gobiernos locales, promoción de democracia directa como son los pleisbicitos, referendums, revocatoria de autoridades, organización de consejos de vigilancia ciudadana diversos,  participación a niveles sectoriales en educación, salud, etc.
13.  La creación de escuelas radiofónicas y de medios alternativos de comunicación, arte, teatro, música, folklore.
14.  Las experiencias educativas en/con niños y adolescentes trabajadores. MANTOHC a nivel Latinoamericano.
15.  Promoción y/o creación o participación en los movimientos sociales en los campos  culturales, políticos, económicos y productivos con trabajo en redes locales, regionales,  nacionales y latinoamericanas.
16.  Apoyar la integración latinoamericana en las alternativas como el ALBA -Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe-. “Un gran esfuerzo a favor de la unidad en la diversidad” (Paulo Freire)
17.  Elaborar un inventario nacional y latinoamericano de experiencias por instituciones y países.
Creo que el trabajo colegiado, en equipo, podrá revisar y mejorar la presentación de este trabajo y llevarnos a responder a las realidades de nuestros países con solidaridad, cooperación y fraternidad.

Termino presentándoles para su lectura y reflexión la posibilidad de adherirse a la Declaración de Identificación y Compromiso con el Pensamiento de Paulo Freire por la Transformación Social, la Justicia Social y la Paz en América Latina.

Gracias.

José Rouillon.